La persiana dejaba pasar apenas la luz de la mañana
El comienzo del día. Víspera del fin de un año
Su cuerpo de bebé aún respiraba
De pronto, la advertencia en el aire
Un salto
El ocaso
Sus ojos mirándonos sin ver
Su cuerpo ya sin reacción
Su alma comenzando un sueño
Nosotros dos y ella
Su respiración sin permiso
La eternidad en los segundos
Nuestros pensamientos sin conexión,
pero con la certeza de nuestras acciones
Sin más intención que regresarla a nosotros
Su boca junto a mi boca
El suspiro de mi cuerpo,
invitándola de nuevo a la vida
Por fin, su pecho vibrando otra vez,
con dificultad, pero con ansias
Y la vida nos dio revancha. A los tres.
Te quiero tanto!
Qué placer leerte, aún con los ojos llenos de lágrimas, aunque sean cosas fuertes y dolorosas… Cosas que tan hecho fuerte, esa mujer que tanto admiro…
Me gustaMe gusta